sábado, 14 de abril de 2012

TORTURA ROTUNDA


“Yo respeto todas las ideas”, se suele decir. Pues yo y muchos otros, no. El respeto lo merecen la dignidad de las personas que expresan las ideas y su derecho a formularlas, no las ideas mismas. La opinión de que la discriminación racial es legítima me parece despreciable y la conclusión de que dos más dos son cinco, es directamente estúpida. Es cierto que muchas ideas que parecían absurdas en su momento terminaron por ser sustentadas por la ciencia y aceptadas generalmente. Por ello, es preferible sufrir la circulación de opiniones absurdas a restringir la libertad de expresión y privarnos del progreso del conocimiento.

Como prueba de la tolerancia a la libre circulación de ideas, comprobamos en Internet que todavía existe en Gran Bretaña la Flat Earth Society (Sociedad de la Tierra Plana) con su sitio web y todo. Su más activo dirigente moderno, Charles K. Johnson (1924-2001), solía decir, como supuesta evidencia de sentido común en apoyo de su descabellada teoría, que su mujer era australiana y no caminaba patas para arriba. Es cierto que la “doctrina” de la tierra plana no trata de sustentarse fundamentalmente en ese tipo de risibles argumentos, pero los que enarbola son pura charlatanería seudo-científica.

¿A qué viene todo esto? A lo siguiente: Si Ud. entrevistara a un personaje público para un diario, podría, quizás, caracterizarlo como liberal (en oposición, digamos, a conservador o comunista ) y ateo (para significar que niega a Dios) pero ¿tendría sentido decir que cree que la tierra es esférica (o cuasi esférica)? Pues sucede que en una entrevista al reconocido intelectual Alvaro Fischer, publicada en El Mercurio del sábado 7 de enero DE 2012, se lo define como liberal, ateo y …¡darwiniano! Con esto último se implica no que él afirme que todo lo que se dice en “El Origen de las Especies”, de Charles Darwin, publicado en 1859, mantiene plena vigencia, sino que él reconoce los postulados básicos de la rama de la ciencia conocida como biología evolutiva, que fue fundamentada por Darwin (aunque, como tantas teorías científicas, tuvo precedentes).

Calificar de “darwiniano” a una persona inteligente me parece, en el mejor de los casos, redundante y, en el peor, ofensivo. ¿Es que hoy día algún científico que no sea auto-proclamado como tal, sostiene que el mundo tiene poco más de seis mil años de antigüedad y que todas las criaturas que pueblan la tierra fueron creadas en breves días, simultáneamente? Como se sabe, uno de los países que practica en mayor grado la libertad de expresión, los Estados Unidos, tiene una historia tanto de grandes descubrimientos e innovadoras ideas, como de un ancho caudal de supersticiones y supercherías. Célebre fue el llamado “Juicio del Mono” que tuvo lugar en el Estado de Tenessee, en 1925. Un profesor fue multado por violar una ley de ese estado que prohibía "la enseñanza de cualquier teoría que niegue la historia de la Divina Creación del hombre tal como se encuentra explicada en la Biblia, y reemplazarla por la enseñanza de que el hombre desciende de un orden de animales inferiores." Una famosa película, “Heredarás el Viento”, inmortalizó ese vergonzoso proceso. Pues bien, debido al ascenso del fundamentalismo evangélico en los Estados Unidos, recientemente, durante el gobierno de George W. Bush se comenzó a proponer que la enseñanza del “diseño inteligente” (creacionismo versión 2:0) debiera tener igual tiempo en las escuelas que la de la teoría de la evolución. ¿Cuál sería hoy la diferencia de pedir igual tiempo para la enseñanza de las teorías de la tierra plana en las escuelas?

En suma: las opiniones estúpidas son audaces. - “¡Ud. me está diciendo estúpido!”. – “No; dije que su opinión lo es” – “¡Es lo mismo!”. - “Esa conclusión es suya”.